martes, 27 de abril de 2010

México y la tauromaquia


El fin de semana pasado sucedió un grave accidente, el torero José Tomás recibió una cornada que le llevo invariablemente al quirófano del hospital Hidalgo, luego de tres horas y media, logró estabilizarse, para que finalmente el día de hoy saliera de la Unidad de Vigilancia Intensiva.

México cuanta con una importante afición de esta actividad, a la que presumen ser un arte y sobre todo gran entretenimiento. Las corridas son centro de reunión de gente poderosa que presume contar con cultura y educación. Pero me pregunto ¿Qué tiene de entretenido? Mucha gente cuestiona a los que cuestionamos a la tauromaquia si nos interesa más la vida de un toro que la de un ser humano. Nunca será más importante la vida de un animal que a fin de cuenta nos habremos de comer, pero ¿acaso no pudo haber sido evitado? Sin embargo, por otro lado, no entiendo como puede ser entretenimiento y mucho menos arte, el reducir toda forma de vida a un mero espectáculo, donde el ser superior se burla del ser inferior haciéndolo sufrir y finalmente acabando con su vida mientras el público llora de emoción y al torero le conceden oreja y rabo.

Esta actividad es una demostración de cómo, muchos, aún siguen enfrascados en el pasado y no se encuentra en sus metas el mejorar, el seguir adelante sin mirar atrás, el seguir haciendo lo mismo sin concientizarse de la afectación que existe en el entorno.

Me pregunto de todos esos seguidores de los toros, ¿cuantos realmente conocen su origen? ¿Cuántos en realidad saben que se trata de una fiesta pagana? Se trata de una tauroctonía al más puro estilo romano, estamos hablando de una actividad que poco ha cambiado en casi dos mil años. La diferencia es que los romanos lo hacían, en un inicio, a modo de ofrecimiento festejando la fiesta de Mithras en un Mithraeum, es decir, ni siquiera era público. Posteriormente el emperador Claudio, lo introduce a España como sustituto de las peleas de Gladiadores, que a bien sea decirlo eran conscientes de sus actos, cuando fueron prohibidos estos enfrentamientos.

La primera referencia histórica de una corrida data de 1080, como parte del programa de festejos de la boda del infante Sancho de Estrada, en Ávila. Existiendo una conexión psicológica entre la corrida y estas celebraciones por la simbología ritual libidinosa imaginaria entre toro y torero, o entre lo masculino y lo femenino, con ramificaciones en el folklore y las fiestas populares, así como la relación libidinal entre el público y el torero, y otros elementos menos visibles que manifiestan todo un espectro de deseos, traumas y pasiones malsanas y enfermizas.

Ahora, ¿Qué sucede con el toro durante la corrida?

El toro luego de estar encerrado y escuchar los vítores del público sale a la plaza siendo amedrentado por el ruido y picos. Frente a él, se encuentra el torero, su traje de luces y actitud prepotente y dominante, junto a él cuenta con el capote rojo. Los toros si ven color, son dicrómatas, al contrario de la creencia popular, ven el color rojo de manera diferente, pero sí lo ven.

El toro, siendo amenazado por los gritos intenta atacar a lo primero que tiene frente a él, el torero, quien hace burla de su poca destreza. El toro pesa más de media tonelada, definitivamente no es más ágil que el estilizado torero.

Después de burlar al animal con el capote, el toro siente una punzada en la espalda, el picador le acaba de clavar la Puya, destrozando sus músculos (trapecio, romboideo, espinoso y semiespinoso, serratos y transversos de cuello, etc.) también le lesiona, vasos sanguíneos y nervios, abriéndole grandes boquetes.

El toro comienza a sentir el dolor, y de disponer con todos sus medios de atacar a aquello que le está causando dicho sufrimiento, pero esos boquetes que le han quedado en la espalda, son simplemente el lugar donde se le hundirán las banderillas, unos palos terminados en arpones de acero cortante y punzante, de 6 a 8 centímetros de longitud.

El sufrimiento continua, sigue buscando eliminar a aquello que le está causando la muerte, escucha el ruido de la gente, enviste una y otra vez, se siguen burlando de el, no lo entiende, solo escucha el ruido que sumado a su sufrimiento se hace cada vez más ineficiente en sus embestidas, y no ha logrado su cometido.

Ahora siente algo diferente, más fuerte, le acaban de atravesar con una ESPADA de 80 centímetros de longitud, que puede destrozarle el corazón, el hígado, los pulmones, la pleura, etc., en este momento corrió con suerte, la espada solo perforó la gran arteria, agoniza con enormes vómitos de sangre.

Ya no tiene deseos de atacar, sabe que va a morir, solo quiere alejarse de todo eso que no comprende, el no hizo nada para estar ahí, para merecer tal sufrimiento, en un intento desesperado por sobrevivir, se resiste a caer, y por su gran memoria suele encaminarse hacia la puerta por la que entró (puerta de chiqueros), buscando la salida.

Sus verdugos no le permiten continuar, lo apuñalan en la nuca con el Descabello, otra larga espada que termina en una cuchilla de 10 centímetros con tope. A pesar de estos terribles tormentos, el animal no ha muerto, sin embargo, finalmente cae al suelo. La espada ha ido destrozando sus órganos internos. Entonces, le clavan la puntilla, un cuchillo-puñal de 10 centímetros, con el que intentan seccionarle la médula espinal, a la altura de las vértebras atlas y axis.

Finalmente el toro consciente, ya no es capaz de moverse, ni siquiera sus pulmones reaccionan, pero sigue vivo, es solo cuestión de minutos, cuando el cerebro y el corazón dejan de recibir el vital oxígeno, y, finalmente, muere asfixiado.

Entonces el torero, con una gran sonrisa en la cara y el público exaltado, recibe su trofeo, por haber matado a un animal con sus lances agiles y llenos de gracia, le conceden oreja y rabo a modo de trofeo.

Evolucionemos, abramos los ojos, así como pido seamos conscientes con lo que le estamos haciendo al medio ambiente, seamos conscientes de los animales con los que convivimos, de los que nos alimentamos. No estoy diciendo que seamos vegetarianos, pero por favor, qué sentido tiene hacer sufrir hasta sus últimas consecuencias a un animal y peor aún, qué sentido tiene que nos divirtamos con el sufrimiento de un animal. Evolucionemos.

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