martes, 22 de junio de 2010
Honestidad, Identidad, Nacionalismo y Futbol
Mientras el partido de México, decidí hacer algo más creativo.
Justamente en estos tiempos de mundial, fui testigo de algo que no había sido lo suficientemente sensible para detectar. Personalmente no soy seguidor del soccer, sin embargo en los encuentros internacionales de cada 4 años, de verdad que me gusta verlo, me gusta ver como las diferentes técnicas se enfrentan, sin embargo, en esta ocasión, y probablemente porque me he sensibilizado en ciertas actitudes, caigo en cuenta que el ser humano, sin importar la nacionalidad, educación, o nivel socioeconómico, no es honesto.
La honestidad, dícese de ser honesto, decente, recatado, razonable, justo, recto y honrado. En pocas palabras, hacer lo correcto siendo sensible de nuestro entorno.
El mundial es el más claro ejemplo de esta tesis, solo basta estar viendo un partido en un grupo de personas ya sea una u otra nacionalidad, ya sea de un equipo o del otro. La gente se apasiona de tal manera que definitivamente hace a un lado la educación, el respeto, y finalmente la honestidad.
Durante un partido ocurren muchas cosas, lo increíble es ver que cuando ocurren situaciones donde el árbitro decide si fue o no una mano, de inmediato la gente justifica de las maneras más creativas de porque tuvo razón o no esa decisión. Si la decisión fue en contra de su equipo hacen rabietas mientras que si fue a favor, hacen burla aunque la repetición demuestre lo contrario, el inconsciente colectivo siempre va a justificar todo a su favor.
Todo esto, creo tiene una razón. El ser humano tiene una necesidad de identidad, necesidad de ser reconocido parte de un grupo. Los grupos siempre tienen algo en común, ya sea gustos, creencias religiosas, afiliaciones políticas, o simplemente características físicas. No creo que sea malo de ninguna manera tener estas afiliaciones, identificarse con personas afines es algo inevitable y enriquecedor, pero ¿qué pasa cuando estas afinidades comienzan a crecer de manera irracional afectando la tolerancia?
A inicios de los años 40 del siglo pasado, Hitler comenzó a tener gran relevancia con ideologías nacionalistas, y hasta racistas, basadas en la intolerancia y en el poco entendimiento que el aprender del vecino nos hace más fuertes, aprender de las diferencias es lo más rico.
Por la necesidad de identidad y la pasión irracional, dificultan esa apertura, y sinceramente no creo que el ser humano pueda llegar a evolucionar si no logra tirar esas barreras. Podemos hacer todo tipo evolución tecnológica, tener ideas grandes pero nunca se llegara a nada si la humanidad no se une, si nos olvidamos de fronteras, de género, raza, religión.
Si este mensaje toca fibras sensibles, significa que estoy cumpliendo con mi existencia en este lugar, lo importante es que todos aunque aparentemente sea una pequeña aportación hagamos eso, aportemos, pugnemos por ese cambio, por la unidad y diferencia, porque todos somos iguales y perfectamente diferentes.
Ah, claro y que gane el mejor, no importando la nacionalidad.
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El día en que vea a un jugador decirle al árbitro que se equivocó en su contra, muchas cosas cambiarán.
ResponderEliminarasí es Mario, y no solo en el fútbol, ese día la humanidad habrá cambiado.
ResponderEliminarMas bien, el día en que a la mayoría de la gente le interesen cosas más importantes que solo el futbol, entonces avanzaremos.
ResponderEliminarNo tengo en nada en contra de este deporte, y como cualquier otro, mientras se practique es bueno. Pero como en muchas cosas, la enagenación y el fanatismo son las cuestiones que nublan el juicio y el poco sentido común.